Mes: septiembre 2022 (Página 2 de 2)

El flamenco y su evolución

REFLEXIONES EN VOZ ALTA

Jartito estoy, pero no me rindo. Cuándo mejor que en estos días, donde el calor de nuestros recuerdos le pertenece a don Antonio Cruz García.

Estoy jartito de tener que justificar cada día por qué me vuelve loco el cante jondo. De tener que buscar sinónimos cuando hablo, y cuando escribo, para nombrar la música culta de Andalucía. La más bella, extensa, profunda, compleja, y mestiza música de Occidente que yo conozco. No voy a decir del mundo mundial, pero si de las que yo conozco. Si acaso, al mismo nivel que la ópera clásica. Nunca por debajo.

No me apetece confrontar más. Como dicen los más jóvenes: me da pereza, o sea, en plan.

No quiero seguir argumentando en favor, en plan, de la categoría excelsa que tiene esta música, comparada con lo que algunas o muchas personas llaman la imparable, necesaria y deseable evolución del flamenco.

Flamenco. Una de las palabras más comerciales del mundo. Palabra en español, que han importado en numerosos idiomas. Quizás en todos, no sé, no conozco ningún estudio al respecto. Se pronuncia siempre igual que en nuestra lengua, eso sí que me atrevería a decirlo sin indagar demasiado.

Eso responde muchas preguntas. A qué tanto interés por todo el planeta? Genera tanto dinero como tú sospechas? Por qué son tan cansinos, década tras década, confrontando y confrontando en favor de la revolución, evolución de esta música? Dinero, maldito dinero.

Lo que quieren decir, descaradamente, es que hay que despojar al cante de toda su dificultad, de su complejidad y su hermetismo. Ellos no quieren perfeccionar el flamenco. Lo quieren simplificar. Para que se pueda escuchar mientras estudias un examen, en la peluquería o en la tienda de ropa. Como hilo musical. Sin molestar. Sin atender. Sin necesidad de distinguir.

Quedaos con la palabra flamenco. Ya no la quiero. A mí me gusta el cante, el baile y el toque. Todo el mundo sabe lo que son. Y no nos van a engañar. O sea, en plan.

Antonio Mairena

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Le faltaban dos días para cumplir los setenta y cuatro. Siempre pensé que bien se pudiera haber esperado unos añitos la de la guadaña para acompañarlo al parnaso de los flamencos, porque a don Antonio Cruz García, el Maestro de los Alcores, le quedaba todavía mucho cante en los bolsillos.

Tanto como para alimentar al menos a otra generación de aficionados. La mía. Cuando se fue, a mí ni siquiera me gustaba el cante.

De aquí a dos días, viajaremos de su muerte a su nacimiento. En el sentido inverso de la marcha, en el vagón de cola, y sin marearnos. Porque es imposible el olvido al calor de sus recuerdos. Quién no se ha acordado de él cien veces a la hora de tirarse por to lo jondo.

ANTONIO MAIRENA (7 septiembre 1909 – 5 septiembre 1983)

Sobre los concursos de flamenco

REFLEXIONES EN VOZ ALTA

Hace tiempo que dejaron de interesarme los concursos de música, incluidos los de flamenco. Respeto la labor y las buenas intenciones de los organizadores, y más aún las de las personas que conforman los jurados y demás equipos de trabajo. Pero no le veo sentido en el tiempo presente, ni solución alguna a corto plazo.

Incluso Eurovisión, tan interiorizada en el inconsciente colectivo de varias generaciones, y donde tantos intereses habrá escondidos, tiene un presente nefasto y un futuro descorazonador. El festival / concurso de Benidorm servía para sacar jóvenes y prometedoras figuras de la canción, como Julio Iglesias. Ya en el flamenco, la Sayago, mismamente, salió a la luz en un concurso de radio. El Tenazas de Morón, Caracol, Fosforito o el mismísimo Antonio Mairena debieron su consagración a los concursos de Granada y de Córdoba. Y artistas actuales, como Mayte Martín, Miguel Poveda o Rocío Márquez, ya en época presente, deben a su Lámpara Minera de La Unión el fulgurante despegue de su carrera profesional.

¿Qué ha cambiado? ¿Es la falta de calidad de los participantes? ¿Por qué ese desinterés del público, más allá de la crisis de afición que afecta al flamenco en general, y que infecta particularmente al cante jondo, hasta el punto de haberse cronificado irremediablemente? ¿Por qué se quedan desiertos los concursos año tras año?

Vaya jardín para quien fuera buen jardinero. Pues habrá flores de todos los aromas, y frutos de todos los sabores. Que de todo hay, como en botica.

Que no hay calidad, dicen. Verdad. Pero, ¿dónde no hay calidad? En los concursos. Porque ahí afuera hay calidad a espuertas. No hay más que pasearse por Tik-Tok, por Youtube o Instagram, para comprobar el chorro de aficionados, de cante, baile o guitarra, que dejan constancia de un talento más que suficiente como para iniciarse en el profesionalismo. Por alguna escondida razón, o por varias, pasan de los concursos.

Cuestión de dinero, creo que no es. De hecho, hay un número respetable de artistas flamencos que obtienen una importante fuente de ingresos de su participación en concursos por toda la geografía nacional. Eso sí, salvo excepciones, se trata, normalmente, de artistas que no ocupan los primeros lugares, ni los segundos del escalafón.

No estoy seguro de que esto sea la causa, pero creo que, al menos, puede ser una razón importante. Los concursos han de servirle al ganador como catapulta al éxito. Y no estoy hablando de grabar un disco y traerte de invitado al festival el año que viene. Sino de poder decir, con mediana seguridad, éste es el principio verdadero de mi carrera, hay un antes y un después de este triunfo.

Si miramos la nómina de ganadores del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, en las diferentes modalidades, desde sus inicios, veremos que muchos de ellos eran artistas profesionales consagrados. Eso era lo que le daba prestigio al Concurso, y ése prestigio volvía multiplicado a los artistas, en lógica retroalimentación. La Perla de Cádiz, María Vargas, Fosforito, Chocolate, etc. ya eran profesionales cuando se presentaban ante el jurado. Otros, como ya se ha dicho, saltaron a la fama desde ahí.

Hoy día, con la gran repercusión que todos tus movimientos tienen en las redes sociales, es peligroso presentarse al Concurso Nacional de Cante de Las Minas de La Unión o al Concurso Nacional de Cante Jondo Antonio Mairena de Mairena del Alcor, y no ganar. Peor aún, que dejen el premio desierto. Cualquiera remonta ese sambenito. No es lo mismo quedar segundo en la modalidad de soleá, llevándose el Fernanda de Utrera el primer premio, que tener ya hecho un nombre y quedar segundo detrás de un desconocido.

En fin, lo que te digo. En difícil jardín me he metido.

Manuel Castulo, profeta en su tierra

El cantaor puso el listón en lo más alto, en la noche inaugural del XLI Festival de Cante Jondo Antonio Mairena.

PlusFlamenco. Por Luis Pérez. Mairena del Alcor. 31/8/2022. Fotos: Ayto. Mairena del Alcor / Luis Pérez

Foto: Luis Pérez

Para mí, lo más grande del mundo es cantar aquí, en mi tierra. Eso repitió hasta en tres ocasiones Manuel Castulo, ante un público entregado de principio a fin en el legendario Patio del Pozo de la Casa Palacio de los Duques de Arcos.

A Manuel Domínguez Gallardo (Mairena del Alcor, Sevilla, 1970) no le queda nada por demostrar. Su carrera profesional está sembradita de hitos que reflejan solo una mínima porción de lo que el cantaor es capaz de transmitir con su arte. Primer Premio en 1996 en el Concurso de Cante Jondo Antonio Mairena, en la modalidad de soleares y seguiriyas. Lo mismo, tres años después, aunque esta vez por malagueñas y cantes de levante. El premio absoluto en el 2000. Y el Primer Premio en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, que lo catapultó en 2013 a la primera división del cante profesional.

Para Castulo será lo más grande. Pero para el que escucha cante en Mairena, también. Solo la sensación de entrar por cualquiera de las dos puertas de esa Casa Palacio, difícil de guardar, ya despierta los pulsos de la sensibilidad. Entro por detrás, como los ladrones. Se inaugura una exposición de Paco Sánchez, el fotógrafo flamenco más importante de la historia. Detalles preciosos saltan a la vista, como incluir a los jóvenes Perrete, Juan Antonio Ramírez o los gemelos Castulo junto a los monstruos del flamenco. Ahí está don Antonio. Mira, qué imagen, la de la Paquera. Chocolate, Rancapino, Fosforito, Menese. Corre, que ya ha empezado Martín Martín.

Menuda conferencia, la del decano de la crítica flamenca. Nadie en Mairena del Alcor recuerda una ovación ni remotamente parecida a ningún conferenciante. Tampoco muchos recordarán a don Manuel mostrando unas lágrimas de emoción mal disimuladas bajo sus lentes. El tema, Antonio Mairena y la III Llave de Oro del Cante. ¿Qué ha dicho? Que ha heredado a los enemigos del maestro de los Alcores. Cuenta, cuenta. Y que está encantado de haber vuelto a esta tierra, después de años de exilio. Anda, que se iba a quedar con la puyita dentro.

Foto: Ayto. Mairena del Alcor

Se suponía que iba a ser un recital corto, de pequeño formato. Parece mentira que no conozcas a Castulo todavía. Como se encuentre a gusto en una reunión, porque lo de anoche era una auténtica reunión de aficionados más que un recital al uso, al mairenero no lo echan ni con agua caliente. Mira, están ahí Ricardo Miño y Pepa Montes, no puede caber más arte en un matrimonio. Juan Antonio Ramírez, el venerable Francisco, tío de Castulo.

No lo había vuelto a ver actuar desde antes de la pandemia. Sé de sus éxitos profesionales, cada vez menos espaciados en el tiempo. Hace décadas de aquellos concursos que le dieron un sitio en el desagradecido mundo del cante flamenco. Manuel Castulo no se sale de su verea, limpia, sencilla y con verdad. Como él dice, con todo mi corazón, mientras me quede una gota de sangre. Habrá días que esté mejor o peor. Pero nunca me guardo nada dentro. De hecho, al final del derroche, la voz se le quedó un poco tocada. Veremos si no le pasa factura en la reunión grande de este sábado.

Voy a empezar con la liviana. Qué poco se escucha eso en los festivales. Manuel Herrera pone en marcha la máquina por seguiriyas. Si Manuel se queja así toda la velada, yo me voy a urgencias. Recorrido de don Antonio, como mandan los cánones. Liviana, toná liviana o seguiriya 3 de Tomás el Nitri, que hoy la cosa va de Llaves. Y para cerrar, nos vaciamos el pecho con el macho de María Borrico.

Suena la sonanta por soleá. Señor de la mesa de mezclas, bájame la bajañí pabajo. Por favor, que últimamente tengo duquelas dobles con las megafonías. A Manuel no le hacen falta micrófonos ni amplificadores, que suelen restar en lugar de sumar. Lerelele lele, lereleré. Eso va por Cádiz:

Como no pueo vengarme
de lo que has hecho conmigo,
hablaré con Undebé, ayyy,
pa que te mande un castigo.

Manuel es de los nuestros, un purista de los que ya no hay. Entre Mellizo y Mellizo, una de Paquirri el Guanté. Qué letra más bonita. Compañera, si me muero, la casita de los locos ha de ser tu paraero. Ni el propio don Aurelio Sellé hubiera puesto una sola objeción. Espera, espera. Sigue por Lebrija y se come en Jerez dos platos de frijones. Y el macho obligado de la Fernanda. Castulo, ya te ganaste los duros.

Foto: Ayto. de Mairena

Un cantaor debe seguir creciendo cada día. No solo puede quedarse en los cantes de la tierra donde nació o se hizo artista. Manuel Castulo te lo demuestra continuamente. En los cantes de levante, tiene una especial habilidad vocal, en la que el virtuosismo no ensombrece a la quejumbre. Duele también, y mucho, esa guitarra de palosanto. La actuación de Manuel Herrera no ha de quedar silenciada por los problemas megafónicos. Toque muy clásico, que es el que gusta en estos foros. Recuerdos de Melchor. Y una excelente pulsación. Mineras con aire de tarantas, la taranta del Tonto de Linares, que es aquella que Castulo dedicó a Aylan Kurdi, el niño sirio que quedó muerto en aquella playa de siria, pero con otra letra. Y de vuelta a la mina, mi corazón queda hecho escombros con esa letra tan pasional:

Ayyy, y arriostra esos puntales,
y asegura bien esa crujía,
que pa colmar nuestros males
no demos aquí la vía,
ayyy, enterraítos en minerales.

Llegan las cantiñas con las primeras gotas de lluvia. ¿No queríais agua? Ahí tenéis agua. Son alegrías de Cádiz, estilo don Antonio Mairena. Amenizadas con las palmas de dos bailaoras, la sevillana Bea Cruz y Alba Serrano, que regenta su propia academia en Mairena del Alcor. Un trocito de mirabrás y el juguetillo de las romeras. No todo iba a ser pena ni dolor. Los tientos de Cádiz elevaron de nuevo la noche por encima de las nubes, y hasta al pozo del patio se le movía la soga al compás de los tangos de Triana.

Y aquí debería haber acabado todo. A veces uno tiene que saber cuándo acabar. Por muchas ganas que se tengan de agradar. Por el público, que miraba más al cielo que al escenario. Por las criaturitas que habían venido, algunos, desde tan lejos. Y, sobre todo, cuando la noche ha llegado a cotas inimaginables de arte, pellizco y musicalidad, no hay necesidad de querer embarcar de nuevo las sienes por seguiriyas. Si a mí me gusta también el cante, como tú dijiste, más que el que lo inventó. Si yo me quedaría la vida entera escuchándote. Tú sabes.

Letras nuevas para cante clásico. Eso es renovar el flamenco. Seguiriyas de denuncia, contra los que queman nuestros bosques, principiando por Tomás el Nitri:

Maldita,
maldita mano, ayyyyy, ayyy,
que el monte quema.
Requemaítos,
requemaítos de remordimientos,
ayyy, ayyyyy, ayyy
tengan por condena.

Para seguir con una variante cercana al Marrurro y echar el cierre a la persiana de Juan Junquera, sobrado de aire y de elasticidad vocal. Otra oportunidad para dejarlo con la puerta grande abierta de par en par. Ah, no. Se me olvidaba. Que en Mairena se acaban las reuniones por tonás. Venga.

Ficha artística:

Ciclo: XLI Festival de Cante Jondo Antonio Mairena 2022

Lugar y fecha: Patio del Pozo – Casa Palacio de los Duques de Arcos, Mairena del Alcor. 30/8/2022

Conferencia:

Antonio Mairena y la III Llave de Oro del Cante, por Manuel Martín Martín

Recital de cante flamenco:

Al cante: Manuel Castulo

Al toque: Manuel Herrera

Palmas: Alba Serrano y Bea Cruz

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