EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Me resulta fácil recordar la fecha del dos de julio. En mi baraja flamenca particular, me hago trampas yo solo, y siempre pido carta. Porque tengo a dos de mis ases en la manga.

Me gusta el flamenco por don José Monje Cruz, el CAMARÓN DE LA ISLA. Hace treinta y dos años que partió, ya lo escucharéis por la tele. Habrá mil reseñas, veinte homenajes y dos o tres especiales de televisión. Volverán con la murga de La leyenda del tiempo. Y José se reirá por alegrías desde arriba, y llorará por soleá de la Serneta. Y arañará las sienes, las espaldas y los pechos a base de seguiriyas, bulerías para escuchar, tarantos, y yo qué sé qué más. Y cuando salgan sus imitadores, y sus fanáticos, a ensalzar sus canciones por tangos y su mono naranja, sentará José de nuevo cátedra con un fandango de Macandé.

Y pediré mi carta ganadora, que no aparecerá en ningún telediario del dos de julio. La de TOMÁS PAVÓN, otro pilar sobre el que descansa mi afición al cante gitano. Y la tuya, que lo sé yo. Es día de acordarse de él, pues murió hace exactamente setenta y dos años en la calle Mata del barrio sevillano de la Alameda de Hércules.