Un brindis por los silencios.
Que no canta mejor
el que más alto llega.
Que no merece un ole
el que con volumen
quiere dar ojana
y con los chillidos
suplir la queja.
Cántame a media voz,
en la distancia media
de tu falda corta.
Cortito y bajo,
bajito y corto,
que no me quede a medias
cuando me besas.
Háblame al oído
palabras tientas,
nombres de mujer
con letras pequeñas.
Que no suene un petardo
en la madrugada quieta.
Que, sin miedo duerman los perros,
junto a mi almohada seca.
Silencio reparador
de arañazos en la conciencia,
ya nadie te escucha
bajo el zumo agrio
del reguetón en la tienda,
ni te dejan un hueco
en la gasolinera,
ni entre tapa y tapa,
en tu bar de moda
porque en la emisora
suenan los Cuarenta.
Silencio, silencio,
dejadle espacio al silencio
entre las mareas.
Tras un acorde, un silencio,
y tras su sombra, una corchea,
y así desfilan las notas
por el pentagrama roto
de mi alma vieja.
(Luis Pérez, Facebook 2/1/2023)