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Pastora Imperio

Tal día como hoy, el 16 de abril de 1895, nacía en Sevilla Pastora Rojas Monge, Pastora Imperio.

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Tal día como hoy, el 16 de abril de 1885 nació en Sevilla Pastora Rojas Monge, PASTORA IMPERIO para la historia del arte flamenco.

La hija de la bailaora gaditana Rosario la Mejorana y del sevillano Víctor Rojas, el sastre de toreros más cotizado de la época, nació en La Alfalfa, en la misma casa donde había nacido el famoso matador de toros El Espartero.

Pastora se crió en la tradición bailaora de Cádiz, por su propia familia y la de su efímera suegra, la señá Grabiela Ortega, ambas del barrio Santa María y afincadas en la Alameda de Hércules sevillana.

Monumento a Pastora Imperio en Sevilla

La niña de los ojos verdes alzó sus brazos morenos una noche por encima de su cabeza, y don Jacinto Benavente dijo que la muchacha «valía un imperio». Puso de moda la bata de cola, la cabeza alta y el braceo elegante y gracioso.

Desde entonces, y hasta hoy en día, está considerada como una de las artistas que más han influido en el actual baile flamenco, y la que consolidó los cimientos de la escuela sevillana del baile. Matilde Coral, Trini España o Maleni Loreto fueron unas de sus discípulas más aventajadas.

Adios a Luis Suárez de Ávila

El insigne abogado, escritor e investigador falleció en la tarde del 14 de abril de 2023 en su ciudad natal de El Puerto de Santa María. Tenía 78 años.

La noticia me ha cogido por sorpresa, con el chaleco antibalas en la tintorería. Son tantos ya los amigos y los ídolos que se suben a la temida barca de Caronte, que mi coraza protectora estaba hecha unos zorros, cubierta de sangre y lodo por las escaramuzas de los últimos años. Así que ésta me ha dolido especialmente. Vaya si lo ha hecho.

Luis Suárez de Ávila había nacido el 28 de septiembre de 1944. Y no lo hizo en cualquier sitio. Vino a la vida en El Puerto de Santa María, cuna y regazo de escritores de primer orden, como Rafael Alberti, Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero), Pedro Muñoz Seca o Pedro Pérez Fernández. Y de artistas como Javier Ruibal, José Luis Galloso, Paco Tous o el gran Joaquín, el del Betis.

Pero El Puerto fue, y eso lo llevaba a gala el maestro, cuna, incubadora y paritorio del flamenco. Allí nacieron grandes creadores del género, como Tomás el Nitri, primera Llave de Oro del Cante. Francisco el Fillo y Paquirri el Guanté, creadores de unas de las soleares más antiguas que han llegado hasta nuestros días. Enrique Bonfante, quien junto a su cuñado Enrique el Mellizo, fijó la forma definitiva de las alegrías de Cádiz. El mítico Pedro Niño El Brujo, que dio a luz a una saga de cantaores de romances y corridos, que fueron rescatados por Luis Suárez de Ávila por boca de los también portuenses José de los Reyes El Negro del Puerto, su hermano El Sopas y el trianero Miguel el Bengala.

El cantaor más viejo de la historia mítica del flamenco, Tío Luis de la Juliana y su madre, Juliana Morón, fueron también localizados por Suárez viviendo en la calle de la Victoria, actual calle Albareda, de El Puerto de Santa María. Portuenses fueron Alonso, Luis, Dolores, Soledad y Juana los del Cepillo. Y centenares más, como Jeroma la del Planchero, La Obispa, la Chiva, el Chalao, Panete, la Tizo o Gitanillo de Bronce.

Luis Suárez de Ávila. Foto: Gente del Puerto

No voy a recordar aquí los méritos profesionales del maestro, pues son accesibles en múltiples artículos en la red. Como abogado, escritor e investigador, había llegado a lo más alto muchas décadas antes de una edad mínimamente prudente para el retiro. Cuándo te jubilas, Luis. Jubilarme yo… cuando ya no esté. Y así ha sido. Con las botas puestas y la pluma en ristre. Eso, su capacidad de trabajo, es una de las facetas que siempre me maravillaron de él. La otra, su paquidérmica memoria.

No puedo seguir recordándote en tercera persona. Yo, que tan mala memoria tengo y todo lo he de apuntar, qué coño voy a hacer ahora sin el apoyo de tu disco duro. Tenías en tu bendita cabeza repeinada algo más que la historia completa del cante gitano y la enciclopedia Larousse en treinta tomos. Tenías a todos los habitantes de El Puerto ordenados de forma alfabética, cronológica, por barrios y por apellidos. Te acuerdas de aquella tarde lejana en que mi desvergüenza se armó de valor para acercarse a ti en una taberna próxima a la calle Luna. Perdone, usted es Luis Suárez de Ávila, verdad. Yo soy muy aficionado al flamenco y mi padre era de aquí, del Puerto. Y cómo se llamaba tu padre.

A partir de ahí me citaste de memoria, y sin pestañear, los nombres y apellidos completos de mi abuelo, mi bisabuelo, mi tío bisabuelo, procurador en Cortes, mientras en mi cara se abría un enorme y redondo agujero de sorpresa. No, no te rías. También sabías que mi tatarabuelo era de Alcalá de los Gazules. Fuiste muy amable y cariñoso conmigo.

Cómo voy a echar de menos esas llamadas intempestivas, aunque cualquier hora era buena para hablar contigo de flamenco, de mi familia, que era amiga de la tuya. Te digo una cosa, tocayo, me decías. El cante nació en El Puerto, eso es incontestable:

Los gitanitos del Puerto
fueron los más desgraciaos,
que a las minas del azogue
se los llevan sentenciaos

Pero, mira, esto que te estoy diciendo no se lo vayas a decir a nadie, y mucho menos, a nadie de Jerez.

Esa flema que yo relaciono mucho con la de mi padre. Recuerdo la primera vez que me invitaste a tu casa, después de que actuaras de lazarillo conduciendo tu propio coche por las calles del Puerto, y señalaras a cada momento: allí estaba la imprenta de tu abuelo, aquí nació tu padre. En ese colegio, el de los jesuitas, fueron compañeros de estudios mi abuelo, tu bisabuelo, Juan Ramón Jiménez y Rafael Alberti. Cuando llegamos a tu casa y te pregunté por el baño, me señalaste una puerta cercana al patio: ten cuidao, que en ese váter han orinado gente de postín, como tu abuelo, Juan Ramón Jiménez, Dámaso Alonso, Muñoz Seca, Alberti y media Generación del 27.

Que la tierra te sea leve, maestro. Descansa en paz.

Foto cabecera: Quico Pérez-Ventana

Aprobada la Ley Andaluza del Flamenco

El Parlamento de Andalucía aprueba la Ley Andaluza del Flamenco con los únicos votos del Partido Popular

No me he leído la Ley Andaluza del Flamenco. Más que nada, porque aún no se ha publicado en el BOJA. Me consta que ha sido aprobada únicamente con los votos del PP, aunque se ha nutrido de las aportaciones de numerosos estamentos e instituciones del ámbito del flamenco. Nada que objetar.

Todo el mundo está contento. Al fin, el flamenco va a ser obligatorio en las escuelas de Andalucía. Nuestros niños y niñas seguro que también se sentirán muy felices. Tanto como sus maestros y maestras, que, a partir de ahora, deberán formarse en una disciplina en la que hay muy pocos expertos, casi ninguno del ámbito docente, y mucho enteraíllo.

Seguro que esta ley traerá cosas buenas. Ya se oyen las manos frotar bajo las mesas y sobre las tablas. Habrá más trabajo para los artistas metidos a profes, y para los profes metidos a artistas. Grados y doctorados en Flamencología por doquier. Másteres universitarios para formar a los formadores de maestros de primaria y de profesores de secundaria.

A riesgo de equivocarme, lo voy a decir, sin conocimiento ninguno. Nos la han vuelto a colar.

Espero equivocarme, de todo corazón. Por la cuenta que nos trae a los aficionados al flamenco. La herida mortal que supuso la declaración como Patrimonio Inmaterial blablablá se abrirá en una incesante hemorragia de despropósitos. Quieren universalizar el flamenco, lo que significa sacarlo de la élite cultural mundial y simplificarlo para hacerlo accesible a los perezosos.

Qué agorero eres, primo. Ya verás cómo todos nuestros niños y niñas, docentes y nuevos expertos en la materia aprenden ahora a distinguir entre flamenco y flamenquito. Ya con eso te conformarías, a que sí?

Demasiado tiempo sin Paco de Lucía

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Nueve años son muchos años para casi todo. Pero para estar sin Paco de Lucía es demasiado tiempo.

Fue el 26 de febrero y no el 25. Da igual lo que diga la Wikipedia, ni los que se guían por el huso horario de Playa del Carmen.

Lo recuerdo perfectamente. Aquella mañana fría de miércoles saltó la noticia en las redes. La mala nueva dejó arrasada la morada del flamenco, solidificando la sangre de nuestras venas, tal como la suya quedó helada en su garganta aquella madrugada. Siempre fue Paco de garganta fría, pero de corazón vivo y manos calientes. Gracias a eso el mundo se perdió un cantaor del montón y ganó un monstruo inabarcable de la guitarra.

Paco de Lucía fue un mito en vida y tiene todos los requisitos para serlo eternamente. Ni siquiera le hace falta un apellido para ser nombrado, como tampoco lo necesitaron Miguel Ángel, Rafael o Jesús. En el flamenco, Paco es Paco, como José es José.

Para completar la singularidad del mito, ya solo faltaba la discrepancia en cuanto a la fecha de su defunción. De todos modos, y ante lo inevitable, no seré yo quien le escatime al maestro una buena efeméride de cuarenta y ocho horas. Por él, cualquier cosa.

Tomás Pavón, tal día como hoy

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Tal día como hoy, acuérdate. En una casita vieja de la angosta calle Leoncillos, junto a la Puerta Osario de Sevilla, las mujeres gitanas componen un lecho de sábanas de seda para el acontecimiento. Vienen del Arahal, de San Román, de la Cava de Triana. Pastora la del Calilo va a dar luz a su tercer hijo.

En la otra alcoba, un niño de once años y una niña de tres apagan por tangos los gritos de su madre. Francisco Pavón El Paíti templa sus nervios a fuerza de martillo y yunque, entre martinetes, deblas y tragos de aguardiente. Por todas partes corre la buena nueva. Ha nacido TOMÁS PAVÓN, el mejor de la Alameda.

El 16 de febrero de 1893 nació en Sevilla don Tomás Pavón Cruz, TOMÁS PAVÓN para la historia del cante flamenco. Su hermana Pastora, la de los Peines, le decía «eres mejor que nadie, y na más, y na más». Como para llevarle la contraria.

Es posible que los haya habido mejores, pero yo no los he escuchado.

Tomás Pavón, tal día como hoy

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

EFEMÉRIDES

16 de febrero de 1893, acuérdate, tal día como hoy. En una casita vieja de la angosta calle Leoncillos, junto a la Puerta Osario de Sevilla, las mujeres gitanas componen un lecho de sábanas de seda para el acontecimiento. Vienen del Arahal, de San Román, de la Cava de Triana. Pastora la del Calilo va a dar luz a su tercer hijo.

En la otra alcoba, un niño de once años y una niña de tres apagan por tangos los gritos de su madre. Francisco Pavón El Paíti templa sus nervios a fuerza de martillo y yunque, entre martinetes, deblas y tragos de aguardiente. Por todas partes corre la buena nueva. Ha nacido TOMÁS PAVÓN, el mejor de la Alameda.

Felices Reyes Magos

Noche de Reyes

Otra vez han venido. Vuelven cada año, y aplican una capita de aquel bálsamo de Fierabrás sobre mis heridas. Ése que todo lo sana, culito de rana, mi querido Sancho.

Cuarenta euros de noventa y cinco en la calle tres, o, mejor, lleno hasta arriba, Baltasar mío. Que, a estas alturas del invierno, uno tiene ya encendida la reserva sobre el salpicadero.

El Negro no me falla. Trae esperanzas a manos llenas, las de Triana y las de la Macarena. Y algún que otro logro, ganado a fuerza de esfuerzo, y de erre que erre. Esta vez me ha traído ocho años sin fumar y un futuro de estreno, sin tocar siquiera.

Los recuerdos de tantas Noches de Reyes se agolpan en mi mente, confundiendo las emociones con sus fechas.

Los zapatos limpios, todos a la cama, qué ilusión cuando me levante. Mañana será distinto de nuevo, pero hoy tengo otra vez siete años.

Brindis por el silencio

Lírica carcelera

Un brindis por los silencios.
Que no canta mejor
el que más alto llega.
Que no merece un ole
el que con volumen
quiere dar ojana
y con los chillidos
suplir la queja.
Cántame a media voz,
en la distancia media de tu falda corta.
Cortito y bajo, bajito y corto,
que no me quede a medias cuando me besas.
Háblame al oído palabras tientas,
nombres de mujer con letras pequeñas.
Que no suene un petardo en la madrugada quieta.
Que duerman los perros sin miedo
junto a mi almohada seca.
Silencio reparador
de arañazos en la conciencia,
ya nadie te escucha
bajo el zumo agrio
del reguetón en la tienda,
ni te dejan un hueco
en la gasolinera,
ni entre tapa y tapa,
en tu bar de moda
porque en la emisora
suenan los Cuarenta.
Silencio, silencio,
dejadle espacio al silencio
entre las mareas.
Tras un acorde, un silencio,
y tras su sombra, una corchea,
y así desfilan las notas
por el pentagrama
de mi alma vieja.

Siete años sin Agujetas de Jerez

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Hoy Día de Navidad se cumplen siete años de la marcha de Manuel de los Santos Pastor AGUJETAS DE JEREZ. Cantaor tan controvertido y rebelde, que fue a morirse un día tan señalaíto solo por dar por saco a los flamencólicos y a los sepultureros.

Cinco generaciones de cantaores y cantaoras conforman su estirpe desde la época de sus bisabuelos, de El Puerto de Santa María y Arcos de la Frontera, hasta acabar con sus huesos en la tierra blanca de Rota, desde su indocumentada cuna en la calle Acebuche jerezana. En sus hijos y nietos yace una herencia que nos recuerda mínimamente a lo que significó.

Con él se cerró una época de cantaores primitivos cuya relación con el cante era una metonimia en sí misma. Manuel Agujetas no cantaba, sino que él era el mismo cante. Vivió siempre como quiso y cantó como nadie, único en todo… para bien y para mal él… era… el Agujetas.

Enrique Morente, vuelve siempre por Navidad

EFEMÉRIDES FLAMENCAS

Por cierto, que un veinticinco de diciembre del año 1942 nació en Granada el grandísimo cantaor don Enrique Morente Cotelo, ENRIQUE MORENTE para la historia del cante flamenco. Es lo que tiene nacer el Día de Navidad, que tu cumpleaños suele pasar desapercibido entre turrón y turrón. Lo cual no era cosa que pudiese quitar el sueño al genio del Albaicín.

Como todo genio creador, su figura no dejó nunca a nadie indiferente. En vida, no rehuyó nunca la polémica para defender su verdad.

Tras su muerte, y misteriosamente, aparecieron de entre las piedras infinidad de admiradores que nunca habían roto una lanza por él. Hoy hubiera cumplido ochenta años. Coño, qué prisa tuviste por marcharte, maestro.

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